Una espanolita en Londres

Una espanolita en Londres
Camden Town Girl...o sea, yo

Fabio, yo y mil historias inventadas contrarreloj

Yo, españolita, treintañera y con ganas de hacer algo diferente en mi vida, he decidido, por fin, poner por escrito las millones de historias y fantasías que pasan por mi cabeza... ¡en forma de reto!

Fabio, un hombre argentino aficionado a la literatura si cabe más que yo, me manda sus historias y cuentos desde hace poco, y yo le correspondo con las mías. Alguien a quien no conozco, una conexión difícil de explicar...

El reto es, cada vez que reciba un texto de Fabio, he de contestarle en menos de 24h, con una historia totalmente nueva y original...

¿Podré seguir el ritmo? ¿Será mi imaginación tan fantasiosa como siempre he pensado? ¿O no seré más que otra españolita en Londres que se piensa que, por estar en esta ciudad tan libertaria, puede hacer cualquier cosa que se proponga? ¡Este blog me sacará de mis dudas! :>


martes, 16 de febrero de 2010

Tercera historia en medio del temporal de la depresión

Me deprime mirar por la ventana. Hace un día de perros, gris oscuro y muy lluvioso. Mi cuarto se me antoja un refugio en medio de una horrible tempestad...

Esta es ya la tercera historia contrarreloj que he escrito y me ha costado mucho. Tenía la historia clara en mi mente pero a la hora de escribirla me he liado. No se, no me convence, pero no tengo tiempo de cambiarla: exactamente dentro de 23 min se cumplen 24h desde que recibí la última historia de Fabio. ¡Y tengo que ir a trabajar! :P

Voy sabiendo más cosas de Fabio, y ay Dios, resulta que es escritor de los de verdad! Ha publicado 2 novelas en su Argentina natal, me envió una que ahora estoy leyendo. Además, es profesor de escritura creativa y trabaja de corrector de estilo para otros autores. ¡Cuando lo leí me puse nerviosísima! ¡Y yo pensando que le mandaba mis historias a un simple aficionado! Hemos pactado que tiene que ser crítico conmigo porque quiero convertirme en una mejor escritora. Os pongo aquí debajo lo que piensa de mis 2 primeras historias:

“Me gusta el lenguaje directo con que narrás. Un tema muy visto pero tratado con mucha originalidad, y lo más importante, desde las entrañas. La anáfora "pasa el tiempo" le da un ritmo al relato desde lo sonoro. Y las escenas que se aparecen entre medio son variadas y dan ganas de saber cómo sigue la vida de esa mujer abandonada”

“me gustó tu historia. Muy fuerte. No puedo dejar de relacionarla con vos ahora que sé que sos científica. ¿Te puedo hacer una pequeña crítica? Espero que sí. Pasan dos páginas y media del cuento contando cosas genéricas de Marina y la acción en sí de la historia empieza al final. A mí, como lector, me hubiera gustado que comenzaras la acción puntual antes. La acción puntual es lo que me engancha más. La historia es excelente. Yo te digo esto solamente porque traté de trabajarlo en mis cuentos.”

No está mal no? :P

Aquí va la tercera historia contrarreloj:


LOS MISTERIOS DE MARIA

María desentonaba escandalosamente en aquel pub medioescondido de Kentish Town. Y no porque fuera española no, eso no tenía nada que ver. En el pub trabajábamos varios extranjeros. El problema es que María tenía toda la pinta de alguien que nunca iba a necesitar trabajar en un pub.

Aún la recuerdo allí, siempre tan callada pero tan amable con todo el mundo, detrás de la barra del bar con la mejor de sus sonrisas y disponibilidad. No era hermosa, pero tenía un rostro sereno y una figura muy esbelta. La verdad es que tenía porte de aristócrata. ¡Y qué pelo! La melena castaña más bonita y perfecta que he visto en mi vida. La llevaba entera, sin capas ni flequillos, y le llegaba justo por debajo de los hombros. Brillaba siempre como un espejo. Y también me acuerdo de su perfecta piel. Color aceituna y tan brillante y luminosa como sus cabellos. Vestía muy sencilla, demasiado. En cualquiera de nosotras esas ropas hubieran lucido rancias. Pero en ella quedaban elegantes y sobrias. Y no llevaba ninguna joya, nada, excepto un reloj de correa antiguo que según ella había pertenecido a su abuela y fíjate, aún funcionaba.

María estuvo trabajando con nosotros exactamente 7 meses, 2 semanas y 3 días. Después, desapareció. Sin más. Un buen día no se presentó a su turno y por más que llamásemos a su móvil éste estaba siempre apagado. Os podéis imaginar el revuelo que se armó en el pub. Unos pocos de nosotros fuimos a la dirección que había dado en el trabajo como su domicilio. Cuando fuimos allí, nadie conocía a una tal María. Y el problema es que, aunque se hizo de querer, ella era siempre tan silenciosa y entregada a sus faenas que ninguno de nosotros la conocía realmente, por lo que no teníamos ni idea de donde ir a buscarla.

De todas formas, durante el tiempo que estuvo en el pub ocurrieron cosas raras. Por ejemplo, todos los jueves sobre las 6 en punto de la tarde, llegaba al pub un señor bajito y regordete de gafas muy gruesas que se quedaba hasta las 9 de la noche más o menos. Durante todo ese tiempo el buen hombre no bebía más que media pinta de coca-cola light, algo realmente muy muy extraño. Por cierto, María era la que siempre se la servía: el buen señor esperaba pacientemente a que ella estuviese libre para ir y pedírsela. Nosotros nos dimos cuenta y le gastábamos bromas a la pobre María con que el buen hombre estaba enamorado de ella. Uno de esos jueves empecé a notar que el misterioso hombrecillo dejaba siempre el periódico que pacientemente leía durante casi 3 horas encima de cualquier mesa que estuviese libre, y María muy solícita salía justo en ese momento del bar a recoger vasos vacíos y, os podéis ya imaginar, coger el periódico para supuestamente tirarlo a la papelera. Pero jamás lo encontré allí.

Otra cosa extraña es que se negaba prácticamente en redondo a servir a clientes españoles. Según ella porque había venido a Londres a aprender inglés y quería evitar la tentación que representaban sus paisanos turistas de hablar su lengua materna.

El caso es que María despareció sin más, dejándonos con la duda de qué demonios habría pasado y, más profundo todavía, quién era María.

Las respuestas a nuestros dilemas llegaron 4 meses más tarde de una manera demasiado abrupta y seca: la misma María se presentó en el pub para disculparse con el dueño y darle una merecida explicación. María no vino sola aquel día. María vino con un guardespaldas y su abogado.

¿Quién demonios era María?

Aquel mundano día María ya no llevaba ropas sencillas. Llevaba un traje sastre impecable y un bolso Chanel. Las uñas de sus manos estaban lacadas en rojo y sus ojos embellecidos con sombras doradas y lápiz negro. También llevaba pendientes, una cadenita finísima al cuello, 3 pulseras y 2 anillos. Y el mismo reloj viejo. Nuestra curiosidad alcanzaba ya el cielo.

¡¿Quién demonios era María?!

Pues María era ni más ni menos la rebelde y juguetona esposa de un multimillonario sueco. Era la hija de una acomodadísima familia española con raíces aristocráticas. Era la sobrina de uno de los políticos españoles más influyentes de los últimos quince años. Y era la madre de un niño educadísimo de 5 años.

¿Qué demonios hacía María en un pub medioescondido de Kentish Town?

María había llegado hasta nosotros por una apuesta. Había apostado con su marido a que era capaz de desaparecer completamente del mapa durante al menos 6 meses. ¡Y que me maten si lo consiguió! ¡Casi 8 meses nada menos! Había elegido Londres por su tamaño, su población y la alta tasa de extranjeros que venían a ella a probar fortuna o simplemente a vivir la vida. En Londres sería muy sencillo para ella pasar desapercibida. Y el misterioso hombrecillo regordete de gafas gruesas era su informante, que puntualmente cada semana le traía noticias de su hogar. Obviamente evitaba a toda costa tener contacto con españoles por si la pudieran reconocer, de las revistas de corazón y fuentes de ese estilo.

La explicación fue tan simple, tan sencilla, y tan inverosímil que nos quedamos todos pasmados. Tras meses de macabras conjeturas y fantasiosas conspiraciones, María no era más que una niña rica aburrida jugando a los espías.

Su abogado se aseguró de dejar contento al dueño del pub con una suma jugosa de libras y al resto de nosotros nos dio las gracias por haber hecho aquel tiempo tan llevadero y agradable.

Y así, sin más, María se fue otra vez, ahora para siempre jamás.

Por cierto, María no se llamaba María, pero si revelo aquí su nombre igual me manda a su legión de abogados y guardaespaldas y yo sólo quiero estar tranquila.

Esta historia, por increíble que suene, fue verdad, y nos enseñó a todos que hay gente capaz de abandonar casa, marido e hijos por el capricho de una apuesta. Gente que se puede permitir el placer de trabajar en un mediocre pub por diversión y de desaparecer convenientemente cuando se aburre. Gente que le tiene más apego a un reloj antiguo que a su familia.

Por mi parte, prefiero recordar a la María sencilla, modesta y educada. A la María solícita y responsable que jamás faltaba a su turno y en el más húmedo de los días acudía al trabajo con su mejor cara. La otra María niña rica aburrida me desconcierta, revuelve mis tripas y principios morales.

Mi novio escribe guiones de cine y está escribiendo esta historia para una película. La historia de María podría convertirse en un éxito al estilo Hollywood... la vida te sorprende cualquier día de estos.

6 comentarios:

  1. Esta me ha enganchado un montón desde el principio!!
    Felicidades!!
    Me encanta la idea.
    Un besazo
    Lucía

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  2. Este blog promete!!! A ver si hay otro reto pronto, que me estoy enganchando!! Sigue asi chuchi!!!

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  3. Dónde será la siguiente historia???

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  4. Muchas gracias a todos! :> que contenta! :>
    La proxima historia donde? en cualquier parte! ;>

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  5. Que juguetona esta Maria.....en la siguiente pon un prota masculino, a ver cómo te defiendes con el sexo contrario!!! Besos

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