Una espanolita en Londres

Una espanolita en Londres
Camden Town Girl...o sea, yo

Fabio, yo y mil historias inventadas contrarreloj

Yo, españolita, treintañera y con ganas de hacer algo diferente en mi vida, he decidido, por fin, poner por escrito las millones de historias y fantasías que pasan por mi cabeza... ¡en forma de reto!

Fabio, un hombre argentino aficionado a la literatura si cabe más que yo, me manda sus historias y cuentos desde hace poco, y yo le correspondo con las mías. Alguien a quien no conozco, una conexión difícil de explicar...

El reto es, cada vez que reciba un texto de Fabio, he de contestarle en menos de 24h, con una historia totalmente nueva y original...

¿Podré seguir el ritmo? ¿Será mi imaginación tan fantasiosa como siempre he pensado? ¿O no seré más que otra españolita en Londres que se piensa que, por estar en esta ciudad tan libertaria, puede hacer cualquier cosa que se proponga? ¡Este blog me sacará de mis dudas! :>


jueves, 15 de julio de 2010

Historia 19 en medio del dilema

Hola chic@s!

Hace poco se me planteó un dilema: si alguien está naturalmente dotado para algo, debe dedicarse a ello aunque no le guste? Si decide que no, es justo para la humanidad que esa persona, egoístamente, prive a todo el mundo de su especial habilidad? mmmm un dilema interesante verdad? Aún no he conseguido resolverlo.

Esta historia nace de este dilema y de mi amor por la música. Ultimamente ha descubierto gente nueva, músicos clandestinos y un mundo sumergido de melodías que me resulta muy fascinante.

Espero que esta historia os guste mucho, o como poco, os entetenga un rato.

Aquí tenéis la historia número 19 inventada contrarreloj para Fabio:



EL MEJOR ARTISTA DEL MUNDO

La gran mayoría de nosotros, durante el transcurso de nuestra vida laboral, tenemos la oportunidad de al menos una vez coincidir con un profesional asombroso. Alguien que hace tan bien su trabajo que a partir de entonces seguimos como ejemplo. Alguien que nos arrebata todos los argumentos con su saber hacer. Si además estos profesionales van acompañados de personalidad y carisma el héroe está completo.

Yo soy representante de músicos. Me dedico a descubrir y representar a nuevos talentos musicales. Desentierro nuevos valores que en el futuro nos bombardearán desde la radio con sus melodías. No todos los días descubre uno a un buen talento. Te puedes pegar meses y meses sin ver a nadie realmente sobresaliente. Rutinariamente voy a antros diversos donde hay “Open Mic Night”, es decir, noches en las que pretendientes a músicos van al antro de turno, se inscriben y tocan unas pocas canciones. Es una buena forma de descubrir a chavales nuevos.

Una de estas noches rutinarias, en un antro más medio vacío que lleno, al abrigo de la estación de King’s Cross e iluminado por una hermosa luna llena, vi al mejor artista del mundo. El mejor artista del mundo era un chaval entre 20 y 30 años, con una estética simple y descuidada, varios tatuajes inconexos y espectacularmente atractivo. Exudaba carisma y arrogancia. Tenía una voz a la vez envolvente y sofisticada, fuerte y grave. Tocaba la guitarra con una maestría tal que hubiera hecho sonrojar a más de un guitarrista de consagradas bandas de rock. Tocaba una mezcla perfecta entre rock, soul y blues. Cuando acabó la primera canción, nadie acertó a aplaudir, pues estábamos todos absolutamente anonadados y en shock. Nadie, absolutamente nadie en el pub se movía. Silencio perfecto. Él siguió tocando. Nadie se atrevió a aplaudirle por temor a romper en mil pedazos la noche. Nos regaló otra maravilla musical de absoluta perfección. Y sin más, dejándonos a todos perplejos e hipnotizados, se fue. De esto hace ya casi tres años.

Desde entonces me he dedicado a desenterrarle, casi arruinándome por el camino. Toda la gente que he visto tocar después de él me parece vulgar y tosca, nada de nada. He de reconocer que me obsesioné buscándole, no podía dejar de darle vueltas a la cabeza, salía todas las noches a donde fuese que había música en directo para ver si por casualidad aparecía. Pregunté en todas partes si alguien había oído hablar de él... Pero nada, ni una pista, era como si lo hubiese soñado todo...

Hasta que hace más o menos 9 meses me encontré con dos personas que también lo habían visto y además en locales diferentes. Dos personas que como yo se habían obsesionado buscándole, no por negocio como en mi caso, sino por puro placer musical. Estas personas habían fracasado estrepitosamente al igual que yo, y habían decidido conformarse con el preciado recuerdo de su actuación. Para mí fue un avance brutal, ¡no lo había soñado después de todo! ¡Era real! Este descubrimiento me dio fuerzas y aliento para continuar buscando al mejor artista del mundo.

Dicen que la perseverancia da sus frutos, que si uno se empeña en algo con todas sus fuerzas al final lo acaba consiguiendo. No sé si esto es verdad o no. Lo que sí sé es que al final mi cabezonería dio resultado y conseguí encontrarme con él. A lo largo de mi larga y desesperada búsqueda me había dado cuenta de que, en las 3 actuaciones en las que estaba seguro que había participado, el artista había usado un nombre y apellido muy cortos, de sólo 3 ó 4 letras, y muy comunes. Había siempre tocado en bares muy poco conocidos, siempre medio vacíos. Y siempre tocaba en noches de luna llena. Así, me fue fácil dar con su siguiente actuación...

Llegué a aquel antro cutre y perdido de Old Street más de una hora antes de la actuación. Estaba nervioso y excitado como un chiquillo expectante y a la vez con la mente muy fría. Tenía que estar atento al final de su aparición para que no se me escapase como la primera vez. El momento llegó. Allí estaba él. Exactamente tal y como lo recordaba. Esa mezcla perfecta de carisma y talento, maestría en la guitarra, atractivo incontestable y arrogancia provocadora. Volvió a tocar canciones perfectas. Volvió a enmudecer el bar. Volvió a dejar a todo el mundo en shock. Y quiso desaparecer como aquella vez, pero yo no le dejé. Estuve bien atento y con la mente bien fría, lo cual fue muy difícil pues su música era embelesadora. Salí corriendo detrás de él mientras el resto del bar despertaba del sueño. Lo agarré por el brazo, y le hablé...

Le conté que lo había visto años antes. Le describí mi periplo para llegar otra vez a él. Le declaré mi absoluta devoción por su música. Le confesé quién era. Y le supliqué que aceptase mis servicios como su representante... El dijo no. Dijo no porque no quería ser músico de factoría. Dijo no porque quería seguir siendo libre. Dijo no porque quería seguir viviendo en un mundo real. Y dijo no porque para él el dinero y la fama eran algo vacío. Yo argumenté que no era justo que el mundo se perdiese su música, que la gente tenía derecho a conocer al mejor artista del mundo. El sólo dijo lo siento...

Y así, sin más, se fue, dejándome perplejo y admirado. Para siempre.


3 comentarios:

  1. Como de costumbre, me ha gustado mucho la historia.
    Se puede ver que te has basado en tus experiencias recientes :)

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  2. Es una historia fascinante, muy original y escrita por una persona con una gran imaginacion (o no).
    Animo, seguro que Fabio se parte la cabeza para llegar a igualarte en las historias.
    Salidos, Anairda

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  3. Muchas gracias por tu comentario Anairda! esta historia es muy especial para mi: los talentos ocultos, esos de los que el mundo jamás sabrá....existen? o no? ;>

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