Una espanolita en Londres

Una espanolita en Londres
Camden Town Girl...o sea, yo

Fabio, yo y mil historias inventadas contrarreloj

Yo, españolita, treintañera y con ganas de hacer algo diferente en mi vida, he decidido, por fin, poner por escrito las millones de historias y fantasías que pasan por mi cabeza... ¡en forma de reto!

Fabio, un hombre argentino aficionado a la literatura si cabe más que yo, me manda sus historias y cuentos desde hace poco, y yo le correspondo con las mías. Alguien a quien no conozco, una conexión difícil de explicar...

El reto es, cada vez que reciba un texto de Fabio, he de contestarle en menos de 24h, con una historia totalmente nueva y original...

¿Podré seguir el ritmo? ¿Será mi imaginación tan fantasiosa como siempre he pensado? ¿O no seré más que otra españolita en Londres que se piensa que, por estar en esta ciudad tan libertaria, puede hacer cualquier cosa que se proponga? ¡Este blog me sacará de mis dudas! :>


jueves, 10 de junio de 2010

La 17, por el maestro Delibes

Hola chic@s!

cómo va la semanita? La mia muy lenta y aburrida, mucho trabajo rollo a ordenador de ese que hay que hacer pero nunca apetece ;>

La historia de hoy lleva muuuucho tiempo en mi cabeza. Para mi es muy importante y visceral. Además, es un homenaje al maestro Delibes, que me maravilló con sus 5 horas con Mario.

Aqui va mi historia 17 creada contrarreloj para Fabio. Espero que os guste!



EL SARAMPION

Ahora me sale el niño con que tiene sarampión. ¡Ay Dios! ¿Pero que he hecho yo para merecer esto? Si ya lo sabía yo, todo el colegio infectado, claro, no iba a ser éste menos. ¡Ay Dios mío! ¿Y como me las voy a apañar yo ahora? ¡Si no tengo ya tiempo de nada como para andar cuidando al niño! Bueno, lo que esta claro es que se tendrá que quedar solo en casa mientras llevo a la niña a la guardería. ¡Y tengo que acompañar a mi madre al médico mañana! Porque desde luego, con mi hermana no se puede contar, desde que la ascendieron en la oficina esa de las narices no se ocupa más que de su casa y punto. Y claro, yo a cuidar de los papás, como si no tuviese bastante con lo mío. Ese es el problema, que nadie se da cuenta de que no puedo casi ni con lo mío. Como nunca me quejo, como tiro palante con todo pues hale, a fastidiarme toca y a que cada día me manden más cosas. Y encima, como no trabajo pues no tengo excusa ¡En la bendita hora en que se me ocurrió dejar de trabajar! Claro, que era un trabajo de mierda, me tenían explotada y humillada. Seguí con él cuando nació el niño pero cuando tuve a la niña ya dije que se acabó. Mandé a mi jefe y esa empresa al infierno, que es donde deberían estar por explotadores. Y desde entonces pues ama de casa, a mis faenas y mis niños. Lo que digo siempre, ¡en la bendita hora en que dejé de trabajar!

Lo que tenía que haber hecho era buscar otro trabajo. Con lo que siempre me gustó a mí tener mi propia independencia, y salir y arreglarme todos los días, y estar con gente. Porque ahora, sólo estoy con los niños, lo papás y Manolo, con nadie más. ¿Y arreglarme? ¡En mis sueños me arreglo yo! ¡Dios mío que pintas llevo! El caso, que no supe imponerme a Manolo. Porque yo tenía curriculum como para haber encontrado otra cosa mejor. Pero él, erre que erre. Que todo lo que iba a encontrar sería igual, y que me tendrían explotada otra vez. Y yo, me dejé convencer, como una tonta. Como total él tiene un trabajo decente que nos da para vivir. Aunque sin lujos ¿eh? Nada de salir a cenar por ahí a restaurantes. Todo lo más unas tapitas en el bar de la plaza. Y lo de comprar ropas fuera de rebajas, ¡ni de casualidad! Pero vivir lo que es vivir, pues es verdad que se puede. Además, como dice él, ahorramos estando yo en casa con los niños y ocupándome de los papás, porque si no, tendríamos que pagar una criada para cada casa. A mí cuando me empieza con que ahorramos dinero me enciende viva. ¡A que precio! Le digo yo, ¡al de estar esclava en casa y todo el día con pañales y papillas y mocos! Y él me dice que exagero, que no es para tanto, que lo bien que estoy en mi casa. ¡No lo aguanto! ¡Harta estoy ya de todo! ¡Harta! ¡Y encima el niño me sale ahora con sarampión! ¡Ay Dios! ¿Pero que he hecho yo para merecer esto?

Porque lo que yo siempre me merecí es otra vida distinta, muy distinta. Una vida de mujer trabajadora y con un marido que me mime y comparta las tareas conmigo. Como el padre de Daniel, que va a clase con el niño. Oye, va todas las tardes a recoger a sus hijos al colegio. Va a todas las reuniones del cole y hablando hablando con él, ¡pues que se encarga él de la compra y las comidas en su casa! Su mujer trabaja muchas horas y claro, tienen que dividirse las tareas. El pobre me da un poco de pena, se siente solo, como yo. Así que claro, nos comprendemos tan bien los dos, con sólo mirarnos ya sabemos lo que nos pasa. Porque Manolo también está fuera de casa muchas horas y cuando llega por las noches está siempre cansado y sin ganas de hacer nada. Y yo, a mojarme las ganas en la bañera, con tufo a Nenuco. ¡No es justo! ¡Esta no es la vida que yo me merezco! ¡Dios que harta estoy! ¡Harta a más no poder de esta vida de esclava de mi casa y los niños! ¡Harta de no tener tiempo de nada! ¡Y encima el niño me sale ahora con sarampión! ¡Ay Dios! ¿Pero que he hecho yo para merecer esto?

Lo que tendría que hacer es desaparecer, desaparecer para siempre y tener la vida que siempre me he merecido. Pero ahora es imposible, imposible. Ni siquiera se si lo estoy o no. ¿Y si lo estoy? ¿Cómo se lo explico yo a Manolo? ¡Si hace siglos que no hacemos nada de nada! Ay Dios mío por favor que no lo esté, que no lo esté porque si no ya si que no puedo más. ¿!Cómo se lo explico yo a Manolo!? ¿!Y al padre de Daniel!? ¿!Que la única vez en mi vida que he cometido una locura, que estaba fuera de mí, que yo no quería Dios sabe que no quería, me quedo embarazada!? Ay Dios mío por favor no, no me hagas esto, que bastante harta estoy ya de todo. ¡Tan harta que creo que me voy a volver loca! ¡Y encima el niño me sale ahora con sarampión! ¡Ay Dios! ¿Pero que he hecho yo para merecer esto?

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, un estilo distinto al de los relatos anteriores.

    ResponderEliminar
  2. Ay!!!! y no hay continuacion??? es que una se queda con ganas de saber los finales de tus historias.... :)

    ResponderEliminar
  3. jajjaja pues dejo la historia abirta pero vamos, que hay 2 finales obvios: la pobre lo manda todo a la mierda o se aguanta y ajo ya gua :P

    ResponderEliminar